Se utiliza como fuente de oxígeno para mejorar la calidad del suelo, especialmente en suelos anaeróbicos, ayudando a promover la actividad microbiana y la descomposición de materia orgánica. Esto puede mejorar la disponibilidad de nutrientes para las plantas y contribuir a la salud general del suelo.

 El peróxido de calcio tiene aplicaciones como desinfectante debido a su capacidad para liberar lentamente oxígeno, que puede ayudar a eliminar patógenos y reducir olores en diversas instalaciones, incluidas las agrícolas y de procesamiento de alimentos.

En el tratamiento de aguas residuales, el peróxido de calcio se emplea para oxigenar y desodorizar el agua, así como para ayudar en la degradación de contaminantes orgánicos mediante procesos de oxidación.